Compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así notas para nada escrito con letra firme y subrayado NOTAS PARA NADA.
Bienvenida
Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.
Una sábanas de raso bermellón, un hilo de luz tras la cortina, su espalda desnuda, mi boca pastosa, tal vez unos pasos en el piso de arriba, silencio, y de pronto, el cerebro se activa, ¿dónde estoy? ¿quién soy? Ah! otra vez la lujuria, tu fiel compañera. Y ella, ¿quién es? El mundo se mueve y tu no tienes vértigo porque vas más rápido. El mundo se agita pero tu no tienes náuseas porque nunca vomitas. Ella se despierta, te mira a los ojos y solo ve tus cuencas. Ella te sonríe, tu te desperezas. Otra vez, canalla, otra vez, siquiera. Nicolás.
La rabia que tengo despierta mis miedos, el miedo que tengo despierta fantasmas que hace tiempo enterré, y otra vez girando en la noria infinita de nunca acabar. Otra vez esclavo de ti, ¿Por qué no te olvidas de mi? Sabes que sé, que yo no puedo olvidarte, se que tu sabes hacerme sufrir. Pero un día, mañana quizás, la historia se va ha detener. El tiempo no será tiempo, mi alma de pura marchita tendré que enterrarla, "no habrá´mas pena ni olvido" no te escribiré poemas, no te cantaré canciones, no te crearé recuerdos, no te venderé ilusiones. Un día, tal vez mañana, estarás sola y llorarás. Nicolás.
Es difícil contar lo que estoy viendo y más difícil - supongo- sentir lo que ella está sintiendo. Mujer adusta, madre, abuela, cuerpo obeso y tez aniñada, en noche de luna llena y recostada a la sombra del único farol que la acompaña. La mirada perdida en ese puntito indefinido donde se juntan la nostalgia y el pasado. Esta mujer, que ahora contemplo fue en su día, la reina de los mares, cocinó para piratas, dio de beber a bucaneros y hoy, apenas, le quedan dos minutos de resuello. Nicolás.
Nauseabundo, esperando cabizbajo que ella llegara y me salvara.
Y llegó. Han pasado veinte años y cada noche reposo en su regazo, como un niño pequeño e indefenso. Han pasado treinta años y sollozo entre sus brazos. Han pasado cuarenta y cincuenta, han pasado...
Han pasado más de dos años desde que nació "notas para nada", dos años en los que he leído más poesía que en toda mi vida y puedo decir que estoy donde empecé. Cada vez que abro el correo y descubro un poema de Nicolás, rápidamente, como una autómata cliqueo su nombre con la misma exaltación que al principio, con prisa por despedazar su poema, por ver sus pensamientos y...unas veces más, otras menos siempre me emocionan sus palabras. Transcribo:
Volvió una noche y yo no estaba, mi alma vagaba entre Cabo Verde y Buenos Aires, entre Cesária y Gardel. Me embarqué en Cadiz, con olor a habaneras y sabor a café. Huyendo de ella bogué en galeras y me hice invisible, huyendo de ella me anestesié entre tangos y arrumacos, huyendo de ella han pasado veinte años, y no encuentro puerto al que arribar. Y hoy, con mis huesos carcomidos por el viento, el sol y la humedad, llorando sin lágrimas, sin sentir dolor, encuentro su mensaje en el buzón. Nicolás.