Bienvenida

Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.

jueves, 5 de diciembre de 2013

El laberinto.

 Nicolás dedica su poema de hoy a la rutina, nos habla de hábitos que lleva a cabo de forma automática y... ¡que disfruta! Creando un ambiente placentero y tranquilo. Pero no seria Nicolás si no diera un vuelta de tuerca más. Es capaz de transmitir tranquilidad y optimismo al mismo tiempo que impaciencia y angustia, es capaz de ver belleza y horror en una misma situación pero sobre todo es capaz de transmitir esos sentimientos cotidianos que a algunos -y me incluyo- no sabemos relatar. 

 

Mi vida transcurre placentera
entre largas partidas de ajedrez
y noches de lectura inacabables,
con las dosis de alcohol que
el cuerpo me tolera
y buscando-como siempre-
la puerta de salida
de este eterno laberinto
que es la vida.
En este bucle sin fin
en el que vivo,
donde apenas distingo
lo bueno de lo malo
lo turbio de lo claro
tus ojos de tus labios
y confundo pretérito y pasado
futuro y porvenir,
estoy perdido.
Y pese a ello, sigo dándole vueltas
a la rueca de la vida,
-no se, si por costumbre o por rutina-
buscándote,
buscándome.

                                                Nicolás.

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