Bienvenida

Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El dia de las castañas



En mi conversión con Nicolás hemos hablado de muchas, muchas, muchas cosas que ya os iré contando poco a poco. 

Me ha resuelto una de las dudas que tenia desde que la carpeta cayó en mis manos y es ¿por qué estaban las cartas de Sara molina junto a sus escritos? me ha comentado que Sara era una buena amiga que pasaba un mal momento en aquella época, que intentaron ayudarla en lo que pudieron Rut y él, que las cartas estaban dirigidas a Rut su compañera.

Le dije que Eduardo me contó el final de Sara pero no me ha aclarado mas de lo que ya sabemos porque en aquella temporada cambio su lugar de residencia a otra ciudad. 

Aun no encuentra la razón del porqué y quien deposito esa carpeta que él había olvidado en el baúl de los recuerdos. 

Hemos quedado en segur hablando.

Transcribo.

 La tarde que no fui asar castañas...


Habíamos estado varios días buscando una lata grande, de las que tenia el señor Higuinio es su tienda con sardinas en aceite, y por fin la encontramos allí abajo en un lavadero público. Estaba un poco abollada pero no importaba, servía. No recuerdo si fue mi primo -ahora es taxista, quien lo iba a decir cuando lo veía allí en el pueblo con la "ligera", la "chamorra" y todas sus vacas que a mí me parecían iguales y él las distinguía en el establo a oscuras- o Eugenio no se cuántos, porque era de esas personas que cuando al nombras lo haces con el nombre y el primer apellido, quien tuvo la idea de entrar en el lavadero:
-las mujeres suelen traer latas con asperón para fregar cazuelas...
Después había que buscar una "punta gorda" para hacer agujeros en el culo de la lata, muchos agujeros, había que hacerlos de fuera hacia dentro, era mas cómodo porque la lata quedaba en hueco. Golpeábamos la punta con una piedra, a mi me dejaban poco porque era el mas pequeño y salia perdiendo por edad y tamaño aunque no por peso, pues entonces era bastante gordo. Hacíamos mas tarde dos agujeros externos en los extremos del diámetro de la parte abierta y los uníamos con un alambre. Ya teníamos hecha la lata para asar castañas, mi primo a las castañas asadas los llamaba calvotes.
Nos fuimos al Perejil, en aquella plazoleta había siempre una mujer que vendía todo tipo de chucherías y en esta época del año ponía un saco -con la inscripción Nitrato de Chile- lleno de castañas. Entre los tres teníamos doce pesetas, ahora me sorprendo de tener tanto dinero, pues mis padres me habían acostumbrado a pedirles el dinero para algo concreto y nunca darme propina, esa llegaría mas tarde cuando empecé a ir los Domingos al infantil. Creo que por ese dinero nos dieron dos kilos. Euguenio no se cuantos no nos dejo ni probarlas, había que esperar al día siguiente que era el "
día de las Castañas", mientras, no se podían tocar:
-Una por lo menos Euguenio no se cuantos, por favor...
-Nada, ni una.
Ya hacia un buen rato que era de noche y me fui para casa. Mi padre aun no había llegado, mi madre estaba en la cocina;
-Mira Nicolás lo que te he comprado para mañana...
Era un paquetón de castañas.
-Creo que tengo un calvotero por aquí de otros años, mañana te asaré castañas. También he comprado higos y nueces y ...
Mi hermana, que estaba acostada comenzó a llorar, no me extrañó, era una llorona, siempre llorando, ¡qué lata!
Volvió mi madre. Mamá, yo quería mañana ir con mis amigos al campo a asar castañas.
-¿Dónde esta tu primo?
-Se ha quedado en el comedor hacien...
-¿Donde dices que quieres ir mañana?
-Al campo.
-¿qué campo?
-A la sierrilla, mamá.
-No hijo mío, eres muy pequeño.
-¡Mamá, -ya empezaban asomarse las lágrimas, siempre he sido muy soberbio y lloraba cuando me contradecian -van ha ir todos mis amigos y ...
-No quiero discutir contigo, cuando venga tu padre le pides permiso.
-A todos mis amigos sus padres les dejan y a mí, vosotros, nunca me dejáis, siempre tengo que ser el que se quede en casa...
Llegó mi padre.
-Lo que diga tu madre.
-Papá, ella dice que no. Pero yo sé que si tu quieres la convences...
No la convenció.

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