Bienvenida
Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.
Guión radiofónico
Lo que transcribo a continuación en una especie de guión radiofónico, es el único que hay en la carpeta de notas para nada, está incompleto pero quiero que seáis participes de todo el contenido de esta misteriosa carpeta.
(Locutor con voz cáustica)
Voz en OFF.- En este siglo histérico y neurótico,
donde se conjuga la música de Pink Floyd y mi drama rural, todo es posible.
La historia que contamos, aglutina –porque así es la
vida de fantástica- personajes y situaciones que tienen mucho de esperpéntico,
y mas aún de contradictorios. Esta crónica-relato rezuma incoherencia
cartesiana.
El hombre es uno, él, y casi siempre inconsecuente,
pues arrastra en pos de sí la angustia.
- (Comienza a sonar muy bajo y desde lejos, MELODÍA,
opus 68, 1ª parte de Shumann, interpretada solamente al piano, sin
acompañamiento orquestal)
- (Levantando
la voz el locutor)
¡Ah, la angustia! Ese cosquilleo insoportable, ese
ansia indomable de nada,
- (la música se irá acercando y subiendo el volumen a
medida que la melodía se suaviza, el locutor endurece su voz, produciendo un “in
crescendo” en paralelo hasta el final del párrafo);
Esa asquerosa situación en al que el cuerpo
se te revela, el tedio, todas las frustraciones juntas en una milésima de
segundo, la aspiración, no tienes aire, no puedes respirar, la saliva, la
saliva en tu garganta,
- (leyendo
cada vez mas rápido)
el picor en tu cuello, en tu nuca,
-(música alta)
Vuelta a empezar, la noria, la paranoia
- Para la música, cinco segundos de silencio
Voz 1.- Miguel…Miguel (llamando)
- pasos a lo lejos correteando.
Hijo mío, por qué no acudes cuando te llamo.
-SILENCIO
¿Y por qué no me contestas cuando te pregunto?
Miguel.- Madre, ¿Qué es un suicidio?
Voz 1 ¿Qué?
SILENCIO
Voz1.-¿Por qué me preguntas eso? ¿Dónde has
aprendido esa palabra?
Miguel.-¿El abuelo se suicidó? ¿Qué quiere decir se
suicidó?
-se acercan pasos sigilosos.
JA; JA; JA. Risa estruendosa. Desagradable.
Voz 2.- Yo te lo explicaré todo Miguel.
Voz 1.- ( interrumpiendo a voz 2, con voz histérica)
¡Vete al infierno! ¡Estúpido!
-(le golpea con los puños cerrados, en el pecho a la
vez que repite, Estúpido, Estúpido)
-Se repiten las risas de la voz 2 con más
intensidad.
-Entra música, la misma del principio, se funden
risas, golpes, gritos, y la música.
OFF.- Miguel tenía entonces siete años. Era el año
1932. Por vez primera habló del suicidio.
Cincuenta años más tarde, con el áspero contacto de
la cuerda en su garganta, en aquella madrugada de primavera, recordó con
lágrimas en los ojos el día que preguntó a su madre por el suicidio del abuelo.
Voz 1.- Miguel, estás guapísimo hoy.
Miguel.- Madre, todos los cumpleaños me dices lo
mismo, y luego los niños de la calle se ríen de mí. Dicen que tengo unas orejas
grandes y que soy bajito.
Voz 1.- (Acercándose a Miguel) hijo mío, tú eres el
niño más precioso del mundo.
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