Bienvenida

Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Compañero

 No he tenido otro remedio que releer la elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández.
He descubierto la gran amistad que les unía aunque eran distantes en ideología política y su manera de entender la estética se parecía como un huevo a una castaña.
Ramón Sijé ayudó a Miguel Hernández en sus primeros pasos como poeta, buscándole incluso un editor en Murcia para el libro Perito en lunas, cuyo prólogo escribió él mismo, les unió una fuerte amistad de por vida.
Nicolás, en el poema que transcribo hoy reconoce que  pasa el tiempo y aún algo se ha quedado en el tintero, aún tiene temas pendientes que hablar con un amigo.

 Transcribo

No se muy bien implorar.
Apenas me queda resuello y
no sé suplicar.
No tengo ni ganas, ni aliento.
Hoy, como ayer, al leer
la elegía a Ramón Sijé,
me pregunto,
compañero,
tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma,
compañero,
y después me respondo,
si estás muerto,
si estoy muerto,
que más da.

Nicolás

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