Bienvenida

Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.

lunes, 10 de diciembre de 2012

El viejo y el canijo.

 Aunque en pequeñas dosis, mi poeta (así le llamo últimamente), me sigue enviando trocitos de su alma para que que yo pueda seguir compartiéndolos.
Os dejo el último.


La escena es muy sencilla,
un hombre apura su Quilmes y bosteza.
Al otro lado de la barra,
el canijo con pendiente de brillantes en su oreja
le observa.
Cuarenta años los separan
y sin embargo se respetan.
Todo haría pensar que estamos
en la Boca,
o quizás en Corrientes o en Palermo,
y sin embargo,
estamos en la árida Castilla,
en noche de niebla 
y bajo cero.
A veces el atrezzo nos confunde,
juzgamos por primeras impresiones
nos prima las formas
sobre el fondo.
A veces nos confunde el envoltorio,
a veces nos deslumbra el neón y las guirnaldas,
a veces te miro y no te veo
a veces te abrazo
y no me sientes.
A veces el viejo y el canijo
sonríen y se entienden.
A veces el vacío vale más
que mil palabras.
Y hay veces que quiero olvidarte
y lo consigo.

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