Bienvenida

Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.

viernes, 3 de agosto de 2012

El actor - Historia de Jorge

Seguimos con la fotografía.
Al lado de nuestro ya familiar Nicolás, se encuentra Julio Alfonso con una camisa oscura, creo que negra, de estatura más bien baja y con aspecto atlético. Según me cuenta Eduardo era hiperactivo, apabullaba dialecticamente y militiba en el PCE ( Partido Comunista de España) aún no legalizado por aquel entonces, siempre iba acompañado de su perro, Julio Alfonso estudió filosofía, era muy buen actor y su culto al cuerpo venía determinado porque al parecer aplicaba el metodo Stanislavski para actores (el que se utilizaba en el Actor's Studio de New York).
Representaba "El informe para una Academia" de Kafka en escenarios que le habilitaban en pubs, esta obra la interpretó por primera vez en España José Luis Gomez y, la verdad es, que en la imagen de la fotografía Julio A. tiene un cierto parecido con el reconocido actor.

Y, finalizo con la descripción de las personas que aparecen en la fotografía.

Tengo una clara intuición de cómo era el grupo con el que se relacionaba Nicolás, vivían la atmósfera  de libertad  que comenzaba a respirarse al final de la dictadura y tras la muerte del general Franco (20 de noviembre de 1975) y en aquella época con la desaparición de la censura les abrió las puertas a publicaciones prohibidas y editadas en el extranjero, igual ocurriría con la música, el cine y todo lo relacionado con la cultura. Claramente era un grupo de progres de la época que respiraban el aire de libertad recién inagurada.


 Os trancribo parte de otra novela inacabada de Nicolás.

 Cuando Jorge agonizaba en un Hospital de Madrid de una tuberculosis imparable tenía en su gesto la misma sonrisa sardónica de siempre. Fumaba, fumaba mucho, sabía que su proceso era irreversible y de nada había de servirle ser un buen enfermo. Cuando tenía veintisiete años  había oído en Buero Vallejo -que no era santo de su devoción- que lo importante en la vida era morir habiendo sido consecuente consigo mismo. Aquello era difícil, pero en la medida de lo posible lo intentaba. De cualquier forma no dejaba de ser paradójico que lo importante en la vida fuese como morías. Aquello no encajaba con su tímido altruismo, pero realmente tampoco se puede exigir ser siempre congruente.
Treinta y siete años. No era mala edad para morir. Recordó un poema de Aníbal Nuñez.-TIENEN PREVISTOS TODOS NUESTROS MOVIMIENTOS- y  Jorge hacía mucho tiempo que lo había asumido.
Le hubiera gustado encontrar a un Lara cualquiera, que le editara sus memorias pues estaba convencido que podían ser un asqueroso Best-seller. Al fín y al cabo la gente es morbosa y le encanta leer las intimidades de los demás. Paga dinero por ello. Y el gilipollas del autor se queda en bragas ante el pipol - Bueno, algún inconveniente debe tener ser mitómano.
Aquel día -un cuatro de Enero- le dieron el alta a Jorge, a su casa, a morirse. 

(Continua...)

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