He leído, releído y vuelto a leer las
cartas de Sara Molina y su desesperación me desorienta, en todas ellas
manifiesta claramente que es consciente de su dependencia, de su
vinculación con el mundo de los estupefacientes, de su deseo de
alejarse de ese mundo que la destroza pero, en ninguna de ellas pide
ayuda, quiere salir sola y si embargo comparte con la o él
destinatario de las cartas su lucha, su desesperación.
¿por qué no reclama auxilio y
únicamente se limita a estampar sus reflexiones y sensaciones en el
papel?
" A nadie te pareces desde que yo
te amo"
Cuatro días llorando, ya no me queda ni
una lágrima, tengo mas claras las ideas, me aturde esta tranquilidad
provocada, me llora el alma y...ya no existen lágrimas.
A veces cuando despierto después de las
sofocantes noches, creo salir del gran túnel y deseo
andar, deseo tocar mi cuerpo y saber que estoy viva, que siento, que
aún no he perdido todos mis encantos, mis sentimientos.
Todos sentimos, todos hemos amado pero
¿ cuántos de nuestra especie hemos deseado la muerte?, me queda el
estado morboso, esa tranquilidad que me confunde.
_ ALBINONI _
Estoy oyendo, y quiero continuar, tengo
miedo, miedo al fracaso, miedo a mi propia destrucción que estos
días he visto tan acentuada.
Ya no puedo dejar de notar en mi nuca
una invasión que me tira que me anula la vista.
Ya no puedo abandonarlo todo
ha salido el sol,
he visto la luna y debo buscar el
placer en las pequeñas cosas de cada día.
Debo buscar algo más fuerte que yo, un
convencimiento para seguir luchando.
Siempre hablo de lucha y ¿ cuántas
veces he conseguido algo?
Siempre hablo de mí. Perdona.
Esta crisis no puedo superarla y
quiero, de verdad que quiero, pero es la misma que la de hace meses,
es la misma quizás que hace años y ya es hora de que deje las cosas
hechas para no volver a poseerlas, odio el llamarte y llorar, odio el tener que
recurrir a alguien pero, nunca fui fuerte,
la fortaleza se consigue con fracasos y
aún debo haber tenido pocos.
Son las seis de la tarde y estoy aún
atontada.
Son las seis de al tarde y yo no me
lavo la cara.
Son las seis de la tarde y he
conseguido sonreír, es para ti me risa, para ti que tanto te debo,
para ti que te añoro.
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