Bienvenida

Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.

domingo, 17 de junio de 2012

Continuamos con Gustavo


Nicolás, Nicolás, creo que voy conociéndote un poco más a través de tus relatos, por tu forma de escribir debiste leer a Joyce, Wolf, Fulkner incluso a Hemingway, sin embargo creo que tu ascendiente más próximo es nuestro amado Gabriel García Márquez con sus “Cien años de soledad”, “El coronel no tiene quien le escriba“ y “Los funerales de la Mama Grande”, Está más que clara su influencia, ese realismo mágico y fantástico que rodea la obra de García Márquez se vislumbra en la historia disparatada de "Gustavo”.



Gustavo

La frigidez adusta de la tarde se hallaba totalmente enmarcada en el viejo caserón decimonónico de Gustavo. En su decadencia cotidiana, el ocaso crepuscular del estío se hacía insoportable. Millones de filtros inimaginables, parecían tener existencia en todos los planos que circundaban la no menos adusta y decadente mansión.
Acaso no merecía la pena moverse del sillón para salir – como cada día – a espantar los fatuos olores de tristeza que, aullaban ansiosos alrededor, con la esperanza furtiva de roer y carcomer el poco ánimo que aún le quedaba a Gustavo. Salió.
Descendiente de viejas y entroncadas familias, con escudos heráldicos de indescriptibles símbolos, cuya antigüedad se remontaba a la época de los Hititas, totalmente falso como es evidente, pero sus ignorantes amigos apenas hacían preguntas y escuchaban ensimismados los largos y prolijos monólogos que en madrugadas de crápula narraba la turbia y atrofiada lengua de Gustavo.
Gustavo era el símbolo de un imperio, de un imperio que albergaba una semideruida mansión, con sus alrededores que no alcanzaban una hectárea. Pero su valor radiaba en las zonas limítrofes.
Esta pequeña propiedad, que no valdría ni el sueldo de un obrero medio, estaba situada en la más fértil vega, adquiría una cotización desmesurada al hallarse a la altura del número 257 de la 5ª Avenida de New York. -Su padre muerto tras conseguirlo, había empleado toda su fortuna obtenida durante dieciséis años con un buque ballenero en las costas de Terracota,  trece con excavaciones petrolíferas en  California, y once con negocios varios desde minas de diamantes en Sudáfrica hasta fabricación de tapones de corcho para abastecer la demanda de la Borgoña francesa para el embotellamiento de vinos –Se sentó placenteramente con su sombrero de vagabundo, y su más impecable frac, en el porche de la puerta, cerró los ojos, esbozo una sonrisa, vomitó sangre, mierda y bilis, con el último espasmo se quitó el sombrero y brindando a la concurrencia, murió. Había conseguido dar la nota pendenciera, con la destrucción de tres grandes edificios que allí se hallaba entre ellos una joyería, que pese a estar en ruinas aún la conservaba su dueño por el trémulo fulgor de la gloria que presencio en 1933, cuando Marlene Dietrich, compró una sortija de platino, con el símbolo a modo de hélice de Euskadi para regalárselo a un sobrino suyo de descendencia Vasconia,- que no se entere nadie, por favor, y aún le quedaba al joyero la esperanza de que de un momento a otro su joyería fuera el abastecedor de la élite de la farándula, y lo cierto es que desde ese año tan sólo vio a Ernest Borgnine observar su escaparate con aire de camuflarse de alguien; y tanto sacrificio pensó, que ahora se veía compensado con vomitar sangre, a todos los neoyorquinos, portorriqueños y demás basura que le miraban con ojos atónitos, pero que hubieran preferidos estar ciegos y no mirar ni siquiera con ojos de rana por poseer aquella mansión, que ahora Gustavo habitaba, y que la gente se sorprendía y se preguntaba que hacia aquel  engendro de hombre todos los atardeceres con una escoba, dando golpes alrededor de la casa, sin que hubiera ninguna víctima tangible y  no comprendieron porque un diecisiete de mayo construyó un foso alrededor de la casa con una excavadora amarilla como  la pus que tenía en sus ojos de tanto alcohol, visualmente cada tarde, alrededor de la verja que cada día estaba pintada de un color y nadie vio un pintor nunca pese hacerse pasar por sereno para espiar día y noche, y no comprendían que el padre había mandado traer de Brasil a dos mil camaleones y los había arrancado al piel y había forrado la verja con su dermis, y los pigmentos de estos volvían paranoicos a todos los curiosos, porque aquella valla parecía un caleidoscopio, y menos aún comprendieron que hacía una madrugada un camión con forma de acuario gigante con cocodrilos dentro, porque los cristales eran transparentes  vieron aterrados como el foso circundante, se llenaba de agua y de saurios y todos pensaron en H. P. Lovecraft, y lo que nunca sabrían sería el truco de los lagartos y los cristales de aumento el camión……

8 comentarios:

  1. Me gusta el relato de Gustavo, pero más me gustan tus analisis literarios de los que yo no estoy totalmente de acuerdo, aún así me siguen gustando. Yo veo un poco al Cortazar de la Casa habitada y no tanto a García Márquez.

    Muy encomiable tu trabajo rescribiendo estos viejos textos.

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  2. No se de quien es La Casa Habitada pero, creo que tienes algo de razón en que los relatos de Gustavo so un poco Cortazar en Rayuela.
    Gracias por el comentario, es el primero.

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  3. Perdón por la garrafal errata; me refería al relato corto "La casa tomada" del libro Bestiario de Julio Cortazar. Aunque todo hay que decirlo, lo releí hace poco e igual me encontraba un poco influenciado y valga la redundancia he visto influencias de él en el relato de Gustavo.

    Te leo y escribo comentarios porque considero admirable tu trabajo y casi siento un poco de envidia por no haber sido yo el que encontrara la carpeta "notas para nada". Para mi hubiera supuesto un viaje al pasado de mi mismo o de un posible yo mismo.

    Animo, buen trabajo.

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  4. He releído la casa tomada y efectivamente los relatos de Gustavo tienen bastante influencia de Cortazar.
    De nuevo gracias por leer esta aventura en la que me he metido porque no sé que final tendrá.
    Todo se esta complicando un poco como ves.

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  5. En qué año escribiría Nicolas este relato? Creo que tubo que ser cohetáneo, o increiblemente contemporaneo, al estilo mágico y surrealista del parís de Cortazar. Demasiado contemporáneo para la España de aquella época imagino. Menudo elemento tubo que ser el Nicolas este.

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    1. Los relatos no están fechados pero yo creo que debían ser del 79- 80 por detalles que menciona, música, cine.

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  6. Pues si es de la fecha que tu mencionas, no fue cohetáneo como a mi me hubiera gustado ( porque para mi aumentaría su cache) sino más bien un sucesor de la escuela surrealista, ya que parece que escribe lo primero que le viene a la cabeza; pero eso si, con mucho estilo.

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    1. Estilo no le falta, creo que esta dotado de talento e inspiración para todo tipo de maneras (bastante variopintos por lo que escribe). Saludos

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