Bienvenida

Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.

miércoles, 11 de julio de 2012

Nicolás Macías Maeso

Después de 24 horas de reflexión, he decidido escribir un correo a Javier en el que le digo que no, que no le voy a dar mi nº de teléfono, no sé, igual  me paso de cautelosa pero  prefiero que sea así.
Le he comentado que si su amigo Eduardo tiene interés en hablar conmigo que me envíe su nº de teléfono y yo me pondré en contacto con él.
Respecto a los personajes de la fotografía, la verdad es que están auténticos, son los típicos progres de la época, ellos con  pelo largo, barba y algo desaliñados, ellas con pelos rizados, melena suelta, vestidos y faldas largas de flores.
La fotografía es en blanco y negro y está algo envejecida ya que en la imagen escaneada se advierten marcas de doblez.
En esta entrada creo que es oportuno comenzar con la descripción de Nicolás Macías Maeso que es así como le llamaré a partir de hoy y, no Justino porque al  parecer ese es su verdadero nombre.
Es un Hombre de unos veinte años más o menos, moreno, el pelo casi le roza los hombros, es alto, con cara de niño y al agrandar la imagen con el zoom se puede apreciar unos ojos  que miran fijamente a la cámara, es una mirada profunda y a la vez limpia como la de un chiquillo.
Nicolás es el que mejor indumentaria lleva o al menos la más formal. Viste pantalón vaquero, camisa clara y una chaqueta, alrededor del cuello luce una corbata a modo de bufanda medio caída.
Es bastante atractivo, tiene ese aire de romántico decadente que enamora.

Esperaré a que Javier me envíe el teléfono de su amigo, y ya os iré contando.

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