Bienvenida

Bienvenidos a este mi primer blog, notas para nada, en el que únicamente tengo la intención de compartir una carpeta que encontré en el contenedor de papel para reciclar, y decia así -- notas para nada-- escrito con letra firme y subrayado notas para nada, contiene cartas, poemas, cuentos y relatos cortos fechados algunos hace más de treinta y cuatro años. Hay servilletas de bar con poemas, folios medio rotos, posavasos con anotaciones, hojas de cuaderno con relatos cortos, todo un descubrimiento. No sé si esto es legal ya que no soy la propietaria de estos escritos pero después de leerlos creo que todas las emociones y sentimientos volcados en estos papeles, no merecen ser destruidos.

miércoles, 18 de julio de 2012

y pensó en Gabriel García Márquez



 Intento descubrir el porqué Nicolás utiliza dos grafologías diferentes en sus escritos - poemas y relatos- y llevo días indagando e incluso preguntando a expertos en la materia si es factible que una persona pueda tener dos caligrafías tan dispares y de ser así, en que puede influir en su personalidad.
La respuesta es unánime, un "Sí" rotundo.
Es un mecanismo de defensa que actúa bajo el deseo de no querer  mostrar su verdadera naturaleza, son individuos a los que les afecta demasiado las críticas negativas, por lo que enmascaran su personalidad con un perfil socialmente "adaptado".
En los trazos de la escritura de Nicolás en los relatos, se aprecia que siempre la comenzar un escrito su caligrafía es firme y legible. Siempre escribe en cursiva,  las "m y n" son practicamente guiones, las vocales "a, o y e" son abiertas e inacabadas, se aprecia un importante movimiento de retroceso hacia la izquierda, a medida que los relatos avanzan la letra se hace mas horizontal e ilegible.




Copio otra de Gustavo



... Gustavo se rió porque se acordó de sí mismo en una noche que vio morir a un tipo en una mierda de bar, mientras él bebía güisqui, porque estornudó 127 veces y murió reventado, tuvo un repentino vómito de sangre y todo terminó felizmente según él, porque la vida es un infierno y alguna vez hay que acabar y ya está bien de vainas, pensó, y pensó en Gabriel García Márquez que escribía como él pensaba, como él vivía , como él escribía, y se sintió un copión, pero también pensó que le daba igual, y siguió bebiendo en locas noches que no sé preveían su final, y siempre llegaba cuando menos se esperaban, y a la madrugada siguiente se sintió muerto y como siempre era mentira, que no estaba muerto ni estaba tomando caña y cuando acabo de vomitar gustavo pensó que comenzaba un nuevo día, que tan solo eran las seis de la mañana y aún le restaban veintidos horas para acostarse y aquel día decidió pasarlo en la cama y cuando levantó la vista sintió la mirada interrogante de diez mil neoyorquinos en la valla preguntándose con el estúpido aire yankee, qué pasaba con aquel hombre que durante meses los tenía locos y que pasaba que la policía no se presentaba nunca y un día llegó y Gustavo se rió de ellos en su cara.

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