Tengo muchas esperanzas en la información que Javier, el camarero que conocía a Nicolás o a Justino dos de los protagonistas de todo este embrollo de "notas para nada", ha prometido enviarme. Me comenta que las fotografías que tiene de la noche de un concierto en las que están un grupo de amigos entre ellos Nicolás y alguna novia de aquellos tiempos se encuentran en casa de su madre y que tardará unos días en mandarlas, ¡ojalá sea pronto!
Gustavo buscó el refugio de toda su angustia, dedicando 21 horas diarias a la fabricacion de maquetas de aviones. Se encerraba en su buhardilla, con una botella de tequila, 5 paquetes de cigarrillos y por compañía una pequeña tortuga y la música. Su música. Oía marchas militares, manifestaba especial predilección por el himno nacional de mongolia. Tan sólo había una excepción, al levantarse cada mañana, oía "Epitafio" de King Crimson. La presencia de la muerte quería tenerla siempre presente, era probablemente la que más la había calado de su estancia en el Tíbet durante el último año.
"Lo peor de la muerte es que es sorpresiva y para evitarlo tenía siempre que presentir", Este era uno de los consejos que le dio su gurú, Majarah- Levi.
Al cabo de seis meses, Gustavo ingresó tambaleante en un hospital, apenas podía respirar y sentía sobre su pecho todo el peso del Universo. Tenía una fuerte pleuresía. Durante treinta y siete días se debatió entre la vida y la muerte. Una madrugada sin saber realmente donde se hallaba, deambulando en el espacio infinito de su delirio, empapado en frió sudor, sin apenas sentir su cuerpo, vio a Leticia. Concentró toda su escasa energía en aquella visión, la veía nitidamente, sentía su aliento, veía el destello de sus ojos, de sus grandes ojos marrones... Sintió una caricia en su cara, era todo demasiado real. No, No, era imposible, no, no quería. Leticia había muerto, no pudo evitarlo, se incorporó vetiginosamente, se abalanzó sobre aquella visión. Después vomitó, tuvo un espasmo, dos, tres y ella no desaparecía. Al fin como siempre lloró.
"Lo peor de la muerte es que es sorpresiva y para evitarlo tenía siempre que presentir", Este era uno de los consejos que le dio su gurú, Majarah- Levi.
Al cabo de seis meses, Gustavo ingresó tambaleante en un hospital, apenas podía respirar y sentía sobre su pecho todo el peso del Universo. Tenía una fuerte pleuresía. Durante treinta y siete días se debatió entre la vida y la muerte. Una madrugada sin saber realmente donde se hallaba, deambulando en el espacio infinito de su delirio, empapado en frió sudor, sin apenas sentir su cuerpo, vio a Leticia. Concentró toda su escasa energía en aquella visión, la veía nitidamente, sentía su aliento, veía el destello de sus ojos, de sus grandes ojos marrones... Sintió una caricia en su cara, era todo demasiado real. No, No, era imposible, no, no quería. Leticia había muerto, no pudo evitarlo, se incorporó vetiginosamente, se abalanzó sobre aquella visión. Después vomitó, tuvo un espasmo, dos, tres y ella no desaparecía. Al fin como siempre lloró.
Os dejo un enlace con Epitafio de King Crimson-
http://youtu.be/o-Cnd1DVrJA
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